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domingo, 17 de julio de 2011

Arte / facto #19: Arte y "vecilodad" absoluta

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ARTE &

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(Aceleración cuántica ... ni geométrica, ni proyectiva)



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(
Textos extraídos del libro “Crítica y clínica” de Gilles Deleuze
-capítulo 17 “Spinoza y las tres éticas”-
)



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"


Este libro, [“Ética demostrada según el orden geométrico” de Baruch Spinoza] uno de los más importantes del mundo, no es como se creía en un principio: no es homogéneo, rectilíneo, continuo, sereno, navegable, lenguaje puro y carente de estilo.

La Ética presenta tres elementos que no son sólo contenidos sino formas de expresión:

los Signos o afectos;
las Nociones o conceptos;
las Esencias o perceptos.

Corresponden a los tres géneros de conocimiento, que asimismo son modos de existencia y de expresión.

La Ética de las definiciones, axiomas y postulados, demostraciones y corolarios, es un libro-río que desarrolla su cauce. Pero la Ética de los escolios , es un libro de fuego, subterráneo.

La Ética del libro V es un libro aéreo, luminoso, que procede por destellos. Una lógica del signo, una lógica del concepto, una lógica de la esencia: la Sombra, el Color, la Luz. Cada una de las tres Éticas coexiste con las otras y se prolonga en las otras, pese a sus diferencias de naturaleza. Se trata de un único y mismo mundo. Cada una tiende pasarelas para cruzar el vacío que las separa.







L
os signos o afectos son ideas inadecuadas y pasiones; las nociones comunes o conceptos son ideas adecuadas de las que resultan verdaderas acciones.

Si nos referimos a la separación por capas de la causalidad, los signos remiten a los signos como los efectos a los efectos, siguiendo un eslabonamiento asociativo que depende de un orden como mero encuentro al azar de los cuerpos físicos.

Pero, en tanto que los conceptos remiten a los conceptos, o las causas a las causas, ocurre siguiendo un eslabonamiento llamado automático, determinado por el orden necesario de las relaciones o proporciones, por la sucesión determinada de sus transformaciones y deformaciones.

Así pues, contrariamente a lo que creíamos, parece que los signos o los afectos no son ni pueden ser un elemento positivo de la Ética, menos aún una forma de expresión. El género de conocimiento que constituyen no es un conocimiento, sino más bien una experiencia en la que se encuentran al azar ideas confusas de mezclas entre cuerpos, imperativos bruscos para evitar tal mezcla o buscar tal otra, interpretaciones más o menos delirantes de esas situaciones.

Es un lenguaje material afectivo más que una forma de expresión, y que se parece más a los gritos que al discurso del concepto.

Parece pues que, si los signos-afectos intervienen en la Ética, será únicamente para acabar severamente criticados, denunciados, devueltos a su noche sobre la cual la luz rebota o en la cual perece.

Sin embargo no puede ser así. El libro II de la Ética expone las nociones comunes empezando por “las más universales” (las que convienen a todos los cuerpos): supone que los conceptos han sido ya dados, de ahí la impresión de que nada le deben a los signos.

Pero cuando se pregunta cómo llegamos a formar un concepto, o cómo vamos de los efectos a las causas, bien es verdad que necesitamos que algunos signos nos sirvan cuando menos de trampolín y que algunos afectos nos proporcionen el impulso necesario (libro V).



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En el encuentro al azar entre cuerpos podemos seleccionar la idea de algunos cuerpos que convienen al nuestro, y que nos producen alegría, es decir aumentan nuestro poder.

Y sólo cuando nuestro poder ha aumentado lo suficiente, hasta un punto determinado, sin duda variable para cada cual, entramos en posesión de este poder y nos volvemos capaces de formar un concepto, empezando por el menos universal (acuerdo de nuestro cuerpo con algún otro), aun a costa de tener que alcanzar después conceptos cada vez más amplios siguiendo el orden de composición de las relaciones.



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Hay por lo tanto una selección de los afectos pasionales, y de las ideas de las que éstos dependen, que debe despejar las dichas, signos vectoriales de crecimiento de poder, y rechazar las tristezas, signo de merma: esta selección de los afectos es la condición misma para salir del primer género de conocimiento, y alcanzar el concepto adquiriendo un poder suficiente.

Los signos de crecimiento siguen siendo pasionales, y las ideas que éstos suponen siguen siendo inadecuadas: no por ello dejan de ser los precursores de las nociones, los oscuros precursores.

Más aún, cuando se hayan alcanzado las nociones comunes, y de ello resulten unas acciones como afectos activos de un nuevo tipo, las ideas inadecuadas y los afectos pasionales, es decir los signos, no desaparecerán por ello, ni siquiera las tristezas inevitables. Subsistirán, reiterarán las nociones, pero perderán su carácter exclusivo y tiránico en beneficio de las nociones y de las acciones.

Hay así pues en los signos algo que a la vez prepara y reitera los conceptos. Los rayos de luz están a la vez preparados y van acompañados por esos procesos que continúan actuando en la sombra. Los valores del

claroscuro

se reintroducen en Spinoza, puesto que la dicha como pasión es un signo de ilustración que nos lleva a la luz de las nociones. Y la Ética no puede prescindir de una forma de expresión pasional y mediante signos, la única capaz de llevar a cabo la imprescindible selección sin la cual permaneceríamos condenados al primer género [el de los signos o afectos].

Esta selección es muy dura, muy difícil. Es que las dichas y las tristezas, los crecimientos y las mermas, los esclarecimientos y los oscurecimientos suelen ser ambiguos, parciales, cambiantes, mezclados unos con otros. Y sobre todo son muchas las personas que sólo pueden asentar su Poder sobre la tristeza y la aflicción, sobre la merma de poder de los demás, sobre el ensombrecimiento del mundo: hacen como si la tristeza fuera una promesa de dicha, y ya una dicha por sí misma.

Instauran el culto de la tristeza, de la servidumbre o de la impotencia, de la muerte. No paran de emitir y de imponer señales de tristeza, que presentan como ideales y dichas a las almas que ellas han hecho enfermar. Como la pareja infernal, el Déspota y el Sacerdote, terribles “jueces” de la vida.

La selección de los signos o de los afectos, como primera condición del nacimiento del concepto, no implica por lo tanto únicamente el esfuerzo personal que cada cual ha de efectuar sobre sí mismo (Razón), sino una lucha pasional, un combate afectivo inexpiable, aun a acosta de la muerte, en el que los signos se enfrentan a los signos y los afectos chocan con los afectos, para que un poco de dicha que nos haga salir de la sombra y cambiar de género sea salvada.

Los gritos del lenguaje de los signos marcan esta lucha de pasiones, de dichas y de tristezas, de aumentos y mermas de poder.

La Ética, cuando menos casi toda la Ética, está escrita con nociones comunes, empezando por las más generales y desarrollando sin cesar sus consecuencias. Supone las nociones comunes ya adquiridas o dadas. La Ética es el discurso del concepto. Es un sistema discursivo y deductivo. De ahí su aspecto de largo río tranquilo y poderoso.




El río no correría tantos avatares sin la acción subterránea de los escolios. Ellos son los que puntuan las demostraciones, los que garantizan los giros. Toda la Ética del concepto, en su variedad, requiere una Ética de los signos en su especificidad. La variedad del flujo de las demostraciones no corresponde término a término a las sacudidas y a los impulsos de los escolios, y no obstante los supone, los envuelve.

Hay que concebir el libro V como coextensivo a todos los demás; da la impresión de que llegamos a él, pero siempre ha estado ahí, desde siempre. És el tercer elemento de la lógica de Spinoza: no ya los signos o los afectos, ni los conceptos, sino las Esencias o Singularidades, los Perceptos. Es el tercer estado de la luz. No ya los signos de sombra ni la luz como color, sino la luz en sí misma y para sí misma.

Las nociones comunes (conceptos) son revelados por la luz que atraviesa los cuerpos y los vuelve transparentes; remiten pues a unas figuras o estructuras geométricas (fábrica), tanto más vivas cuanto que son transformables y deformables en un espacio proyectivo, sometidas a las exigencias de una geometría proyectiva a la manera de Desargues.

Pero las esencias son de una naturaleza del todo diferente: puras figuras de luz producidas por lo Luminoso sustancial (y no ya figuras geométricas reveladas por la luz).

Con frecuencia se ha hecho hincapié en que las ideas platónicas, e incluso cartesianas, seguían siendo “dáctilo-ópticas”: corresponde a Plotinio, respecto a Platón, y a Spinoza, respecto a Descartes, elevarse a un mundo óptico puro.

Las nociones comunes, en tanto en cuanto se refieren a relaciones de proyección, ya son figuras ópticas (pese a que conservan todavía un mínimo de referencias táctiles). Pero las esencias son meras figuras de luz: son en sí mismas “contemplaciones”, es decir que contemplan tanto como son contempladas,

en una unidad de Dios,
del sujeto o del objeto
(perceptos).

Las nociones comunes remiten a unas relaciones de movimiento y de reposo que constituyen velocidades relativas; las esencias por el contrario son velocidades absolutas que no componen el espacio por proyección, sino que lo llenan de una sola vez, de un solo golpe.

Una de las aportaciones más considerables de Jules Lagneau reduce la velocidad absoluta a una velocidad relativa. Constituyen no obstante los dos caracteres de las esencias: velocidad absoluta y no ya relativa, figuras de luz y no ya figuras geométricas reveladas por la luz.

La velocidad relativa es la de las afecciones y los afectos: velocidad de acción de un cuerpo sobre otro en el espacio, velocidad de paso de un estado a otro en el tiempo.

Lo que las nociones captan son las relaciones entre velocidades relativas. Pero la velocidad absoluta es el modo en el cual una esencia sobrevuela en la eternidad sus afectos y sus afecciones (velocidad de potencia).

*** La ciencia se topa con este problema de las figuras geométricas y de las figuras de luz (así en Durée et simultanéité, cap. V, Bergson puede decir que la teoría de la relatividad invierte la subordinación tradicional de las figuras de la luz a las figuras geométricas sólidas). En arte, el pintor Delaunay opone las figuras de luz tanto a las figuras geométricas como a las del arte abstracto.

*** Yvonne Toros (cap. VI) señala precisamente dos aspectos o dos principios de la geometría de Desargues: uno, de homología, referido a las proyecciones; otro, que será llamado de “dualidad”, referido a la correspondencia de la línea con el punto, del punto con el plano. Ahí el paralelismo adquiere una nueva comprensión, puesto que se establece entre un punto en el pensamiento (idea de Dios) y un desarrollo infinito de extensión.

*** Jules Lagneau , Celèbres leçons et fragments, PUF, págs. 67-68 (la “rapidez del pensamiento”, cuyo equivalente sólo se encuentra en la música, y que se basa menos en lo absoluto que en lo relativo).





Para que el libro V constituya por sí solo una tercera Ética no basta con que hay aun objeto específico, tendría además que emplear un método distinto de los otros dos. No parece que sea éste el caso, puesto que sólo presenta elementos demostrativos y escolios. Sin embargo el lector tiene la impresión de que el método geométrico adquiere aquí un tinte salvaje e inusitado, que casi le impulsara a creer que el libro V no es más que una versión provisional, un borrador: las proposiciones y las demostraciones están atravesadas por hiatos tan violentos, comportan tantas elipses y contradicciones, que los silogismos parecen estar reemplazados por meros “entimemas”.

Y cuanto más leemos el libro V, más nos decimos que esos rasgos no constituyen imperfecciones en el ejercicio del método, ni atajos, sino que se adecúan perfectamente a las esencias en tanto que superan todo orden de discursividad y de deducción.

No son meros procedimientos de hecho, sino todo un proceso de derecho. El método geométrico en el campo de los conceptos es un método de exposición que exige completud y saturación: por eso las nociones comunes se exponen por sí mismas, a partir de las más universales, como en una axiomática, sin que uno tenga que preguntarse cómo se llega efectivamente a una noción común.

Pero el método geométrico del libro V es un método de invención que procederá por intervalos y por saltos, hiatos y contracciones, más como un perro que busca que como un hombre razonable que expone. Tal vez supere toda demostración, en tanto en cuanto actúa dentro de lo “indecidible”.

Cuando los matemáticos no se dedican a la constitución de una axiomática, su estilo de invención presenta extraños poderes, y los eslabonamientos deductivos aparecen rotos por amplias discontinuidades, o por el contrario contraídos violentamente.

Nadie negaba la genialidad de Desargues, pero matemáticos como Huyghens o Descartes tenían dificultades para comprenderle. La demostración de que todo plano es “polar” de un punto y todo punto “polo” de un plano es tan rápida que hay que suplir todo lo que se salta.

Nadie ha descrito mejor que Evariste Galois, que a su vez también se topó con la misma incomprensión por parte de sus pares, este pensamiento trastabillado, saltarín, chocante, que capta esencias singulares en matemáticas: los analistas “no deducen, combinan, componen; cuando llegan a la verdad, caen en ella después de haberse ido dando golpes por un lado y otro”.

Y, una vez más, estos caracteres no surgen como meras imperfecciones en la exposición, para dar la impresión de “ir más rápido”, sino como las potencias de un nuevo orden de pensamiento que conquista una

velocidad absoluta.

Opinamos que el libro V da fe de este pensamiento, irreductible al que se desarrolla por nociones comunes en el decurso de los cuatro primeros libros. Si los libros, como dice Blanchot, tienen como correlato “la ausencia de libro” (o un libro más secreto, compuesto de carne y de sangre), el libro V puede ser esta ausencia o este secreto en el que los signos y los conceptos se desvanecen, y las cosas se ponen a escribir por sí mismas y para sí mismas, atravesando intervalos de espacio.

*** Vid. Aristóteles, Primeros analíticos, II, 27: el entimema es un silogismo cuyas premisas están sobreentendidas, ocultadas, suprimidas, elididas . Leibniz retoma la cuestión (Nuevos ensayos, I, cap. 1, apartados 4 y 19), y demuestra que el hiato no sólo se produce en la exposición, sino en nuestro propio pensamiento, y que “la fuerza de la conclusión consiste en parte en lo que se suprime”.



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El intervalo, el hiato, tiene como función aproximar al máximo términos distantes como tales, y garantizar así una velocidad de sobrevuelo absoluto.

Las velocidades pueden ser absolutas y no obstante más o menos grandes.

La grandeza de una velocidad absoluta se mide precisamente por la distancia que supera de una sola vez, es decir por el número de intermediarios que envuelve, sobrevuela o sobreentiende.





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29 comentarios:

  1. Me cuesta mucho "visualizar" el modelo que propone en este texto; me ocurre que cuando visualizo un determinado texto (cuando consigo convertirlo mentalmente en un diagrama, en una estructura de correlaciones) ya nunca lo olvido, pero esta organización de perceptos, conceptos y afectos se me hace bastante complicada, sobre todo en relación al tema del plano de inmanencia. La inmanencia deleuziana tal y como lo entiendo yo, es el modelo que describe en "Inmanencia, una vida", y no consigo integrar en ese esquema la idea de "velocidad absoluta" que, tal y como lo entiendo yo, es trascendental (un plano de sobrevuelo), lo cual se supone que es lo opuesto a Spinoza que era radicalmente inmanentista. Hay algo que "pienso" equivocadamente, me sucede lo mismo con Bergson y el tiempo, en su disputa con Einstein sobre la existencia de una duración absoluta, de un tiempo que contenga los diferentes tiempos... en mi opinión Bergson tenía razón, pero todo el mundo da por hecho que el que acertó fue Einstein ¿?
    En todo caso, un texto muy sugerente sobre el que tendré que profundizar.
    Por cierto que en el emule están (francés con subtítulos italianos) muchas clases de Deleuze en Vincennes, en total hay por lo menos 6 u 8 horas, el que quiera profundizar tiene ahí mucho material pues Spinoza aparece constantemente.

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  2. Por cierto que la figura del hiato y cómo lo explica es maravillosa, uno de los libros más jodidamente difíciles que tengo en casa se llama "La escritura del instante", una hermenéutica de Abad Cuesta, que escribe de un modo ultra sesudo y con una precisión que intimida. El libro insiste constantemente en la idea del hiato, la elipsis, como fundamental a la poética, y utiliza una figura preciosa que lo explica muy bien: el eclipse, en el que un astro insinúa el peril de otro tras de él.

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  3. "...insinúa el perFil de otro tras de él", quizir.

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  4. Este post que has hecho me parece muy interesante, sobre todo por tu intento de congelar o aprehender un concepto inaprensible -que no incomprensible-.

    Creo que todos estamos habituados o inducidos a pensar con conceptos eslabonados unos con otros -esa historia del sentido y del sin sentido de las cosas-. Nuestro organismo -como todos- es automático y repetitivo, pero nosotros no.

    Los perceptos son mundos subjetivos que no pueden eslabonarse fuera de nosotros si no es a través de un modo de expresión estética: holística -entiendo yo-.

    Yo compararía los conceptos con el sistema de ondas que forman las partículas atómicas porque nosotros -o cualquier otra cosa- las damos ese sentido -porque nos están afectando “durante” un tiempo y tiene un resultado o sentido determinado-.

    Pero las partículas atómicas no tienen ningún sentido si no afectan a algo “durante” un tiempo repetido. Son perceptos. Es algo así como unir millones de fotogramas distintos en una película. Si la viésemos repetida un millón de veces, estoy seguro de que le daríamos un sentido, encontraríamos detalles que unen unos con otros y que separarían a unos de otros. Podríamos explicárselo a alguien, pero lo más seguro es que hubiera “otros” a los que no haría falta explicarles nada. Y al revés, “otros”, por mucho que nos explicaran lo que perciben nunca serían capaces de hacernos percibir lo que perciben, porque no hay manera de eslabonar todos los signos de la misma manera que “otro”, ni histórica ni perceptivamente. El vecino es un enigma más grande que el cosmos, y cuanto más enigmático es, más enigmáticos somos “los demás” y más necesita encontrar eslabonamientos que le permitan “durar” a sus percepciones. Y no son “pura data” como diría un nerd, porque no es un código compartido con nadie -ni genético, ni memético-. Es todo un microcosmos en expansión artistica, supongo.

    A ver si cabe esta supermegaexplicación :D

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  5. ey... gracias por tu explicación, la verdad es que lo tenía delante de mis narices y no me daba cuenta... efectivamente, es muy parecido a un post mío del otro día sobre el simulacro, es realmente el campo de los perceptos (que es anterior a los conceptos, de hecho es algo así como la posibilidad misma del concepto, la materia prima de la que parten), ese "grado cero" de la realidad, la inmanencia en sí. Claro, eso es "inmanencia, una vida", un plano de perceptos, afectos, conceptos. Un campo estético, sí, anterior a lo moral o lo político, porque es lo estético lo que permite decodificarlo.

    Lo más difícil de entender, es la figura de la velocidad, la idea de que pueda haber un "absoluto" que en principio suena a trascendental... pero la has clavado con el subtítulo del post. Se trata de velocidad cuántica, inmanente, supera distancias instantáneamente ... qué ideas tan plásticas se me ocurren!!! de nuevo, ha sido un placer :-)

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  6. Bueno, bueno... el que la ha "clavado" ha sido Deleuze al descubrirnos que la Ética de Spinoza no es un río tranquilo, y que los escolios están ahí desde el principio -junto con los signos-.

    De cualquier forma, ha sido tu anterior post el que me ha sugerido investigar lo de la aceleración cuántica (uno de tus vídeos didácticos para niños con dibujos animados). Y al hilo de esto, comentarte que lo del escándalo Sokal -o como se diga-, me parece un chiste, puesto que "la ciencia" funciona también con metáforas que no tienen por donde agarrarse. Y si no que se lo pregunten a los japoneses, a los colesterólicos, y a todos los que arrasa a su paso el "progreso" supermegaguay de la racionalidad científico-financiera (ggrrnnfff!!

    Es curioso que yo me esté acercando también a una idea tuya que intuía pero que no tenía tan clara como la voy teniendo ahora. Que la auténtica revolución siempre es estética -o algo así (es mi manera de traducirte :-) El caso es que leyendo a Deleuze pienso que lo holístico, lo complejo, lo inaprensible, es lo que nos hace evolucionar de golpe. No son las leyes sociales las que nos impiden matar al vecino o comernos a las cucarachas crudas; son las leyes estéticas las que configuran verdaderamente "nuestro" mundo -el de cada uno quiero decir, claro-.

    Bueno a ver si me pongo de una vez a escribir sobre la teleoklinidad, que lo tengo pendiente.

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  7. Tío: pilla una chea, humanízate...Por Dios: déjalo

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  8. Deja el arte-sonado, que esta vaina ya cansa...

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  9. El exhibicionismo de la paja mental es un vicio que no lleva a ninguna parte!

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  10. todo vale: http://pitchfork.com/tv/#/1/1730-john-maus/2784-live-at-glasslands/

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  11. Minuto 8, en adeante, el resto: la parrafada explicativa:sobra

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  12. pepo el enano(un pequeño hombre con un gran secreto)18 de julio de 2011, 15:50

    I'm sorry: 4:24

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  13. Jhon Maus: su obra. La capacidad de recuperar un sentimiento con la mínima expresión facultativa (karaoke)...una vía sin explotar, un viaje en el tiempo: ARTE de efectos retardados...Transposición de sentimientos en el tiempo: un DIEZ. Y punto. (no apto para ...)
    Repito: minuto 4:20

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  14. capulloncio, cuando te coja te voy a poner de vuelta y media filibusteroooo!!! :)

    Humnízate??? para qué???? qué idea tan absurd y aburrida!

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  15. Tan lejos y...tan cercano: John Maus

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  16. por cierto el disco de johyn maus está genial,lo escucho cada día, me encanta!!! pensaba escribir sobre él, es un disco muy extraño y mbiguo, un poco triste pero a su maner optimista. Discazo.

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  17. fuiste al sonar? qué tal?....a mí me encantó ir a the high LLamas y reirme de esa tropa de modernos cascarilleiros de ocasión....patético...Aunque un diez en el portiño....Te echo de menos.

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  18. Pillamos tal cogorza con high llamas que los nativos pensaban que éramos ingleses: chauvinismo a tope....HORRIBLE....acabamos en un kebab de los rosales y, por supuesto, en el Portiño.... Adoro la desubicación

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  19. La verdad que el rollo pose-universitaria...(con Tangas, para más Inri), sin tí: no es lo mismo.

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  20. ah the high lamas en el playa no? ahora lo más moderno son unos conciertos en la cubierta de la cidde da cultura en santiago. bueno vou dormire que ando liao y me alargo demasiao tiempo aquí. un abrazo !!! por cierto que tengo aquí la botella de absenta, habrá que repetirlo ahora que ya le perdí el miedo :D

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  21. Por cierto: llevamos a Sean O´Hagan al hotel: muy enrriquecedor...

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  22. qué playa?...fue en el expo-Foruña...ala.... vái dormir....no te olvides de Deleuze, Spinoza y de la madre que te trajo al barrio!....Un consejo de amigo: DéJALO!

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  23. Cando queiras, eiquí hai absenta á litros, of course...

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  24. PD: Humanizarse: verbo: virtud, mediante la cual, todas las acciones de adapatación de la relaidad son válidas siempre que: sean expresadas al gusto y obra de los individuos que, extrañamente, no quieran expresarlas. Es una práctica, autodefensiva y , a la par, "evolutiva" (progresiva) que se suele tomar como cizaña práctica de autodefensa contra la gilipollez imperante en diversos núcleos acomodados de la sociedad.

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  25. Humanidad. Antónimo= contrapamplina.

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  26. wuino...me escucho a slowdive y te dejo de dar la vara...que estoy anti-web total

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  27. quien no adore esta líneade bajo , no tiene sentimientos:http://pitchfork.com/tv/#/music-videos/1651-john-maus/2760-head-for-the-country/

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  28. joer falta un comentario mío de ayer, en el que me despedía... bueno me piro, tengo que coger el coche, llevo puesto un cd en el que van el de john maus y el de crystal stilts, que por cierto me gusta menos que el primero. Aquí me sobra el toque surfero / cramps, de ellos me gustan los temas en los que copian a los Smiths, cuando se ponen góticos y oscuretes, pero hay canciones en plan sesentero que me recuerdan al rollo Mod (!!!) y eso me pone de los nervios.

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  29. Vic, estoy totalmente de acuerdo contigo. Pero para ser humano hay que tener mucho ego, y a mí me lo quitaron los humanos con todas sus mistificaciones, snif! Que sea humano el que pueda... te envidio -sanamente, nostálgicamente-. Me pondré a practicar a ver si logro parecerme a ti algún día. Sin acritud. Me agrada verte por aquí. Eres como la guinda de un pastel: es lo mismo, pero sin ella no sabe igual :-)

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