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miércoles, 6 de abril de 2011

Observer 25 #13: Nick Land




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Following the materialist lead of Deleuze & Guattari, human culture is analyzed as just another set of strata on a geocosmic continuum. From the chemistry of metals to the cycles of capitalism, from the non-linear dynamics of the ocean to the fractalized breakbeat rhythms of jungle, the cosmos is an “unfolding traumascape” governed by self-similar patterns and fundamental processes that recur on every scale.

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what's radiation?
what's a black hole?
deep hurting techno
the meat is learning to know loss
white darkness
the fog of absolute proximity
psyclone
beautiful fear




En 1999, yo estaba más preocupado en salvar mi propio culo que en leer a Deleuze y Guattari, (aunque quizás ambas acciones puedan ir de la mano) y aunque ya leía lo poco que llegaba a España de Simon Reynolds, nunca llegué a conocer la web de CCRU, ahora mismo inoperativa.
CCRU es el acrónimo de Cybernetic Culture Research Unit, una legendaria agrupación de filósofos y artistas británicos que, partiendo esencialmente de Deleuze & Guattari, desplegaban toda una cosmovisión distópica y alucinada cuya poética (heredera de J.G. Ballard o Thomas Ligotti) era un melting pot de drogas, replicantes, situacionismo, feminismo, pánico nuclear, nueva carne y marxismo bizarro a lo Lyotard. Los que no lo vivimos en su día tenemos que conformarnos con peinar la red en busca de sus sulfúricos trabajos, que incluyen desde papers sobre Kant hasta instalaciones multimedia o producción iconográfica para fiestas rave.

Su apropiación de la enseñanza de Deleuze era la única que considero legítima: antiacadémica. Últimamente Deleuze es, más que nunca, un nombre con prestigio, y el entorno institucional pretende apropiarse de su discurso para hacer de él una confortable máquina de producción de discursos para el petit bourgeois. Ellos en cambio utilizaban ese manual subversivo que era el Mil Mesetas de la manera más lógica y ética: como bisturí, como haarp. Supongo que ese natural libertinaje filosófico del que hacían gala en el CCRU es lo que acabó con ellos. La Academia no gusta de dar rienda suelta a los perros rabiosos.



Sin embargo, su herencia continúa ganando adeptos (yo mismo) cada día, y de sus cenizas emergerán con fuerza algunas de las más interesantes cabezas pensantes del panorama de los filósofos weirdos de hoy en día, y muy significativamente dos: la ciberfeminista Sadie Plant, y ese Supernietzsche online que es Nick Land.
Land es un filósofo oscuro,muy oscuro, radicalmente nihilista, de una suerte de nihilismo celebrativo y hedonista en el que el pánico al fín del mundo y la implosión de las estructuras sociales en manos del capital son saludadas como oportunidades para una autoninmolación colectiva de cuyos cadáveres habrá de surgir algo... cuando menos divertido.
Podéis buscar su nombre en el google, y todos los blogs a los que remite son interesantísimos. Nick Land es la puerta de entrada a toda una gigantesca escena de ciberactivismo deleuziano que Ray Brassier denominó "Black Mad Deleuzianism".

Pero, por el hecho de ser antiacadémico, no hay que deducir que su trabajo sea gratuíto, incongruente o falto de rigor: este señor argumenta sus teorías empezando por Kant y Schopenhauer, y continúa con toda la tradición de alegres pesimistas en la que caben el omnipresente Nietzsche, George Bataille, William Gibson, Lovecraft, William Burroughs y Genesis P. O´Ridge. Sentencias como "Marx era claramente un escritor de ciencia ficción" o "las ficciones cyberpunk son más importantes que la filosofía posestructuralista" lo expulsaron de su puesto de profesor de filosofía continental (aunque este dato no lo he podido contrastar), pero como digo su estela crece cada día en internet.
Tenéis una entrevista muy, muy interesante aquí.
Y un texto de Mark Fisher resumiendo lo que era el CCRU aquí. (lectura obligada)
Desde ahí, tenéis links a cascoporro.



Existe en inglés un libro recopilatorio de sus escritos más importantes (no lo he leído: me temo que las librerías en Galicia son, para estos temas, más cercanas a las de Zimbabue que a las de Cambridge) que ha contado con el apadrinazgo de Ray Brassier y que, en consecuencia, ha tenido mucho eco en el círculo del realismo especulativo.
En el video de arriba, y en el de abajo, Brassier (prologuista del libro) hace su particular defensa crítica de la teoría más espectacular de Land, la del aceleracionismo. No habiendo leído el libro no la puedo juzgar, pero intuyo que se trata de algo cercano a lo que Paul Virilio pudo haber obtenido de aquella "dromología" que le convirtió en celebrity, pero en versión hardcore.

Personalmente,

tras leer la charla entre Brassier y Fisher a propósito de Land, Virilio me parece ya el cadáver de un dinosaurio, alguien obsoleto.








Nick Land funciona, entonces, como un link, o como una nube de tags: en torno a su figura ha crecido una escenilla muy interesante de artistas, buscavidas, agrupaciones postpolíticas y filósofos marcianos a los que conviene prestar atención. Como en el caso de Tiqqun no se trata de ninguna broma intelectual:aquí hay ideas, ideas violentas, vientos de cambio, voluntad de poder.
Algo así como la traslación a la filosofía de lo que muchos llevamos años sintiendo a través de la música de Regis y toda la gente de Downwards.








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2 comentarios:

  1. http://2.bp.blogspot.com/_PPWHVG7JaQI/RzDtYizF9hI/AAAAAAAAAYs/DRBYJlqfR9s/s1600-h/4147.png

    conversar para actuar

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  2. http://artriticos.foroactivo.com/t24-enciclopedia-acefalica#134

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