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sábado, 25 de junio de 2011

Observer 25 #5: Charlie Kaufman

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Charlie Kaufman
identidad del hombre posmoderno



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1.
Toda publicidad es un ejercicio de persuasión: intenta seducirme respecto a un determinado aspecto de mi pensamiento, encauzar mi subjetividad en ciertos canales de tal modo que mi camino llegue, inconscientemente, al punto que dicha publicidad me requiere: que compre algo, que vote a alguien, que visite cierto lugar. La propaganda es psicología práctica, el grado cero del conductismo, el psicoanálisis instrumentalizado.
Hay ciertos lugares comunes en lo que anuncio puede o no puede decir. Hay uno que me inquieta mucho: las campañas que intentan convencerme de "Sé tú mismo". Es desconcertante, ¿por qué habría de querer un empresario que sea yo mismo? ¿No es eso un riesgo para él? ¿Acaso, si soy yo mismo, no seguiré un camino divergente con el que él me propone? ¿Por qué está tan seguro de que, si soy yo mismo, entraré en su juego?
"Sé tu mismo" es uno de los reclamos de la propaganda cuyo target es un ciudadano que quiere sentirse trunfador, el porqueyolovalguismo, un inconsciente imperativo cultural del mundo contemporáneo.
Sé tú mismo, no seas parte de la masa.

Paradójicamente, esa invitación es un slogan para las masas en la era del individualismo, uniformadas en torno a la suposición de que cada uno de ellos es o ha de ser, algo singular. "Sé tú mismo" a través de mi perfume. Es una asociación de ideas muy compleja, una interesante aporía de la psicología social: engañar a la masa pidiéndole que no sea masa. Un conspiranoico negrista verá aquí un intento por parte del poder de anular a la multitud, apelando a su individualismo como mecanismo de desactivación de su posible activismo social. Un freudiano verá seguramente un subterráneo aroma al malestar en la cultura, a ese sueño de la pequeña burguesía de alcanzar la liberación del yo social a través de la hipersignifación de las contingencias personalistas de cada uno. El mismo Baudrillard ha escrito mucho sobre el miedo que el poder tiene a las masas, y la capacidad de éstas para desbordar cualquier expectativa sociológica, de mantenerse pertinazmente como una masa maleducada, rebelde, caprichosa, tozuda. La publicidad no nos quiere masa, nos quiere únicos; Únicos en masa. No me atrevo a juzgar moralmente este imperativo: a fín de cuentas, se parece mucho a la sociedad que hubiesen preferido Foucault o Guattari... aunque por supuesto, menos mercantilizada. En realidad, apela a un viejo sueño inconsciente heredero de la ilustración: la posibilidad de ser libres, y de constiruírnos como tal en sociedad.



2.
Identidad, en filosofía, suele referirse a la relación que cada ente mantiene consigo mismo: el principio según el cual cualquier cosa es idéntica a sí misma, condición ontológica fundamental de todo ser. Es por tanto una noción muy recurrente en la metafísica, siendo uno de los parámetros fundamentales de toda estructura de pensamiento. Cada mística implica un rango de identidades, en lo metafísico y en lo personal.
Difícil lo tiene entonces el hombre posmoderno para encontrar su identidad, cuando desde "Diferencia y repetición" casi toda la mística posmoderna ha buscado demoler los cimientos de la filosofía de lo idéntico, en aras de un mundo que es ya pura diferencia. Todo lo sólido se desvanece en el aire, no hay punto fijo ontológico al que aferrarse, no hay más identidad que la de la deriva a través de la selva de los instantes. La identidad no es más que un instrumento, una comodidad. Una mascarada.
Sé tú mismo, pero, ¿qué soy, en ese escenario?
Soy, o puedo ser, lo que quiera ser
pero, ¿qué quiero ser?

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3.
Los personajes de Charlie Kaufman necesitan huír de una identidad que viven como un tormento, al sentirla incompleta: buscan ser algo, gozar de un yo coherente y pleno, pero no lo consiguen: lo determinante de su forma de actuar es su búsqueda de la realización de una identidad. Todas sus películas inciden en ese asunto: la angustia de aquel que no logra estar a la altura del imperio del sé tú mismo. Gusanos que ansían su despertar como mariposa, en una carrera que tiene mucho más de reactivo que de activo: saben lo que quieren dejar atrás, pero no tienen claro el punto al que quieren llegar.
En Human Nature, los protagonistas buscan superar las miserias de su mediocre vida urbana mediante un utópico reencuentro con la naturaleza, como si el último paraíso fuese la superación de lo humano y el reencuentro con lo simiesco. Cómo ser John Malkovich narraba la historia de un marionetista fracasado que encuentra la solución a sus problemas de identidad desapareciendo en la vida de una celebrity, en una compleja trama de imposturas y suplantaciones en la que la utopía es la reducción de la existencia a la condición de observador pasmado e invisible. Sinécdoque New york presenta a un director de teatro en proceso de hundimiento, y cuya única estrategia de supervivencia es la de diluír lo real en el mundo de las representaciones, en una carrera delirante que persigue la ficción como refugio, y que terminará por anular completamente la frontera entre lo auténtico y lo representado. Adaptation es la historia de un guionista decadente que descubre que la única forma de identidad posible es la búsqueda de un grial, cualquier grial, la persecución de un fetiche caprichoso que dote de sentido a la vida. Y Olvídate de mí es la fábula de un corazón roto que necesita reinventar su lugar en el mundo borrando de su memoria las huellas de su malestar, en un proceso que pronto se demostrará impotente.
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El problema de sus personajes es el de construirse una identidad, pero en última instancia el requerimiento fundamental es el de desintegrar la identidad recibida: todos ellos persiguen una reinvención. En sus historias es más importante la deconstrucción y destrucción del yo, que su construcción: el problema fundamental es el de la adaptación a un medio inestable, adaptación al cambio y la incertidumbre. Re-educación sentimental, requisito previo a la consecución de una identidad feliz. Son películas que, en realidad, nunca alcanzan el The end.












the end.

3 comentarios:

  1. Te contesto a la comanda que me pediste cuando cerré mi facebook y esto no es parte de algún tipo de "mono" o necesidad de interacción social por la red: En el mundo real, aparte de pamplinas, tengo a Isela y a Luna, supongo que a ti no te vale: como ejemplo CONSTRUCTIVO me parece que soy bastante explícito, allá cada cual con sus medios. Yo, particularmente, ya no tengo nada más que expresar fuera de mi clan, aunque respeto, más de lo que crees quien tenga necesidad de hacerlo. Mi necesidad imperante, ahora mismo, es la de escapar de todo lo que tenga que ver con datos de primeras, segundas o terceras partes sobre mi persona, sean emails, bancos, comentarios en foros o todo lo que tenga que ver con la red...paso: viva lo orgánico!!!

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  2. Muy buenos los gifs! (el primero impacta y el segundo hace pensar... no sé cuál me gusta más) Yo creo que el "sé tú mismo"es un desafío prepotente del sistema capitalista que quiere decir que hagas lo que hagas va a ser convertido en capital. Y es verdad. Pero lo que es mentira es que lo que hagamos va a tener el mismo resultado. Lo leo como un intento de invalidar nuestras intenciones relativizando los resultados. Pero los mensajes capitalistas -y los revolucionarios también- ya no se los creen ni los niños de diez años, que son todos anarquistas unicelulares.

    Así que seguramente yo sea un conspironóico negrista mezclado con un freudiano pequeño burgués ya liberado a través de la hipersignificación de mis contingencias personales (una frase muy aclaratoria para mí, puesto que yo no sabía lo que era hasta que la he leído -me gusta esa definición :-)

    PD: te envío otro posteable a cdf que además puede aclarar este asunto -u oscurecerlo, no sé-.

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  3. recién llego tras cuatro días fuera... seguimos adelante!!!! paz y amor para tutti

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