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miércoles, 15 de septiembre de 2010

El arte de odiarse a uno mismo #2: Lacan y el Superyo de Superman


1.
No sé si recordáis una vieja peli de Stephen Frears que se llamaba “Ábrete de orejas”, y que era el biopic fabulado de un bohemio gay discretamente famoso, Joe Orton, escritor maldito cuya leyenda empezó (no podía ser de otra manera) el día en que el personaje pasó a mejor vida. Orton era un tipo carismático, engatusador, de ocurrencias chispeantes, al que todo el mundo quería frecuentar, capaz de convertir su cinismo en genialidad literaria y su misantropía en arma de seducción masiva. Era pobre de solemnidad, pero un pobre paradójicamente exitoso en su forma de vida: de un modo un poco perverso, vivía en la bohemia más tirada porque era aquello a lo que había aspirado, el único hábitat en el que podía culebrear líbremente. La pobreza ennoblece al artista, o a eso jugaban en el swinging London de los años 60. Su vida oscilaba entre el snobismo de los círculos literarios, y los submundos sórdidos de estaciones y váteres públicos donde hacía la carrera.
No vivía solo: tenía por compañero más o menos sentimental a un impersonator de Sancho Panza, Kenneth Halliwell, cuyo único interés en la vida era ejercer de paladín en la sombra del exitoso Orton. Calvo, gordo y neurasténico, Kenneth era también escritor, pero se sabía sin talento, condenado a fracasar en su carrera literaria, consciente por tanto de que su vida bohemia era un engaño, una permanente desilusión que se negaba a aceptar, angustiado por el desinterés que sus obras producían en los agentes literarios pero sin decidirse a cambiar de vida: había nacido para ser artista, pensaba. Él mismo enuncia dramáticamente la dureza de su tragedia: “tengo todo lo necesario para ser artista (el dolor, la misantropía, la erudición, la sofisticación…) excepto el talento”. Kenneth se odiaba a sí mismo, y proyectaba su ira sobre su compañero Orton, al que odiaba y amaba simétricamente, al que admiraba incondicionalmente por su talento natural, y detestaba por el mismo motivo. Su fracaso se multiplicaba exponencialmente por la simultaneidad del éxito de Orton, que tenía todo lo que él deseaba: talento para la pluma y la boite, carisma, animalidad. Kenneth vivía amargado bajo la sombra del “ideal de sí” con que había investido a Orton.
La historia termina en términos lacanianos: Kenneth asesinaría finalmente a Orton, por cuyo fulgor se sentía eclipsado. "Paranoia de autocastigo": al atacar a Orton, atacaba al ideal de sí exigido por el superyo.


2.
Otro bonito ejemplo del odio a uno mismo a consecuencia de un agravio comparativo es el personaje que interpreta el magnético John Cusak en “Balas sobre Broadway”: un escritor teatral de cierto nombre pero vacío de ideas, que asiste pasmoso a la capacidad natural de un gangster iletrado, bruto y mediocre (al que da cuerpo Chaz Palminteri) para inventar prodigiosos desarrollos argumentales mucho más audaces que aquellos que se le ocurren a él. Cusack se lamenta, desconcertado y furioso, cómo es posible que un zoquete mundano, sin estudios, que nunca ha leído un libro, tenga semejante don innato para la invención literaria: el gangster se convierte en lo que más teme (el triunfo de alguien que es lo contrario de sí mismo) pero también en lo que más admira: como en la peli de Frears, la congoja del protagonista no tiene tanto de litigio con “el otro (el ganster genial) como con lo que ha proyectado sobre otro sujeto, y que no es más que el ideal de su propio yo.


3.
¿A quién teme Superman? A la kryptonita, que puede acabar con él, como muy bien sabe. Superman no es tan poderoso como mucha gente supone, puesto que basta con una pequeña esquirla de tan escasa sustancia para reducir al héroe a la condición de super-guiñapo indefenso. ¡Ay la krypto-shit, cuántos quebraderos de cabeza no le habrá causado a este afamado supertío! quién sabe si en el fondo Superman no será más que cobarde en secreto, del que todos ignoran que se va a la cama con una voz en su cabeza que le dice: eres un mierdas, la kryptonita es más fuerte que tú, no sirves para nada…

6 comentarios:

  1. Bueno, Wavves son más Lo-fi que shoegaze...En la linea de sonido que dices deberías pasarte por el myspace de Crocodiles, a mí me gustan:

    http://www.myspace.com/crocodilescrocodilescrocodiles

    y mira sus favoritos para ir enlazando.

    Si te molan Crocodiles, te dejo aquí el "Sleep forever" que creo que te gustará:

    http://hotfile.com/dl/68508056/c586b7f/Crcdls_SlpFrvr.zip.html

    Pass:nodata.tv

    Ya me dirás.

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  2. Aunque a mí me gustan un pelín más en el anterior CD del 2009 "Summer of hate":

    http://www.mediafire.com/?idyqmm1nmoz

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  3. gracias meuamigo, me lo bajo directamente pues me tengo que conectar al internete desde el ordenata de mi padre que es una carraca, y el myspace si tiene muchas chuminadas tarda siglos en cargarse.

    No digas nada: ya sé lo del mac, bla bla bla X-D

    c

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  4. Hacía tiempo que no escuchaba nada de shoegaze pero hace unos meses también me dio por ahí a raíz del mixtape de The Sight Below para FACT:

    http://www.factmag.com/2010/05/14/fact-mix-149-the-sight-below/

    Los mixes de esta revista son impresionantes, todos gratis y con auténticas joyas, puedo perder días escuchándolos, os los recomiendo si es que no los conocéis ya:

    http://www.factmag.com/category/mixes/

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  5. yo me paso una vez al mes o así, es verdad que hay algunos increíbles, con su entrevista y todo. Mi favorito es el de Ben Klock, hace tiempo que no paso voy a echar un vistazo ahora :-D

    c

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